Las ruinas de la Torre de la Espelunca se encuentran frente a la presa de Canfranc y al lado de la carretera N-330, a pocos kilómetros de la frontera con Francia y entre las poblaciones de Canfranc y Canfranc-Estación, en el término municipal de Canfranc, en la comarca de La Jacetania de la provincia de Huesca.
Se puede llegar a ellas desde la zona de aparcamiento de la fortificación de la Torreta de los Fusileros de Canfranc. Hay que cruzar la carretera y dirigirse en dirección Canfranc-Estación. A menos de 100 metros, junto a la carretera, sale un camino descendente que discurre en paralelo a la misma y que, en menos de 5 minutos andando, lleva a las ruinas de La Espelunca.
La Espelunca fue construida en el siglo XVI (1592) por el ingeniero militar italiano Tiburcio Spannochi según orden del rey Felipe II, como parte del plan ideado para fortificar o reforzar las posiciones próximas a Francia para, de este modo, tener controlada la frontera y prevenir posibles ataques o intentos de invasión de los franceses.
En el pirineo oscense se levantaron torres similares como las de Hecho, Ansó, Biescas o Benasque.
La torre de la Espelunca estaba situada en el mismo camino, que discurría bajo un pasadizo abovedado de la edificación, lo que permitía cerrar el paso en caso de necesidad.
En 1707, durante la Guerra de Sucesión (1700-1714), la torre fue incendiada por los partidarios de Carlos de Austria, lo que le valdría el nombre de Torre Quemada, provocando su abandono durante largo tiempo.
Con motivo de la Guerra del Rosellón (1793-1795) sus restos fueron aprovechados como batería artillera.
Posteriormente, durante la Guerra de la Independencia (1808-14) la fortificación vuelve nuevamente a ser utilizada hasta que, en 1823, es desmantelada por los franceses en la conocida como invasión de los cien mil hijos de San Luis. A partir de entonces es abandonada definitivamente.
En la década de los 60 del siglo XX debido a las obras de construcción de la cercana presa, sufre graves daños. Sus restos permanecieron ocultos por la vegetación y casi olvidados durante bastante tiempo, hasta que fueron redescubiertos en el año 1999, procediendo a su limpieza y estudio.
Parece que fue construida en mampostería y que su interior disponía de tres pisos y una chimenea en la parte inferior. Hoy vuelve a estar cubierta de vegetación casi en su totalidad. Apenas subsisten los restos de un muro.
Se encuentra en estado de ruina progresiva, casi desaparecida.
Protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de Eduardo Argote Fraile, Luis Puey Vílchez