El Esconjuradero de Baraguás se encuentra en la localidad del mismo nombre, perteneciente al término municipal de Jaca, provincia de Huesca.
La palabra esconjuradero proviene del verbo aragonés es-conchurar, que significa conjurar.
A modo de templete, los esconjuraderos se construyeron entre los siglo XVI y XVIII específicamente para albergar rituales destinados a conjurar tormentas, plagas y otros peligros que amenazaban a las cosechas.
Constituyen una singular muestra y testigo de la cultura pirenaica. La sociedad montañesa atendía los aspectos de la climatología con la misma superstición y prácticas que en otros aspectos de la vida cotidiana.
Los esconjuraderos configuraban un espacio importante desde el cual el sacerdote y la población invocaban para desviar o deshacer las tormentas que pudiesen afectar a los campos y cosechas. Por asa razón estas edificaciones se localizan en puntos donde existe una amplia panorámica del horizonte. En el caso de Baraguás, desde el piso superior se obtendría una vista panorámica de la Val Ancha.
Ante la portada de la Iglesia de San Andrés se abre un espacio delimitado por un muro, ocupado parcialmente por el antiguo cementerio. En una de las esquinas de este muro se levanta una peculiar construcción propia de la cultura y tradición pirenaica.
En el caso de Baraguás se trata de una torre de planta cuadrada, hoy totalmente restaurada, y rematada con una cubierta en forma de chapitel.
Se encuentra en buen estado de conservación.
Es de acceso libre.
Protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de Eduardo Argote Fraile