Código: GE-CAS-019
Comunidad: Cataluña |
Provincia: Gerona/Girona
Municipio: Arbúcies |
Localidad: Arbúcies
Monumentos militares: Castillo
El castillo de Montsoriu se alza sobre una colina a 650 metros de altitud que separa las aguas del arroyo de Breda del de Arbúcies, al sudeste de la localidad. Del castillo y los bosques de los alrededores hay numerosas historias y leyendas.
El Castillo de Montsoriu se alza a 650 metros de altitud sobre el monte del mismo nombre que separa las aguas del arroyo de Breda del de Arbúcies, en el límite entre el término municipal de Sant Feliu de Buixalleu y Arbúcies, al sudeste de la localidad de Arbúcies, en la comarca de Selva de la provincia de Gerona.
Se puede llegar a este castillo desde la localidad de Breda, tomando la carretera que pasa por el pequeño puerto de Coll de'n Orri, a 240 metros de altura, en cuyo coronamiento justo hay un desvío perfectamente asfaltado a mano izquierda, en el que solamente hay una señal que indica Restaurant Fogueres de Montsoriu. Este desvío no aparece en los mapas, aunque el estado del asfalto es muy bueno. A partir de ese momento el castillo se hace visible, majestuoso sobre la cima de la colina en la que se asienta. La carretera no lleva exactamente al castillo, sino que llega hasta la Urbanización Fogueres de Montsoriu, dejando a mano derecha, a la altura del cuarto kilómetro de ascensión, un desvío por camino de montaña que lleva al castillo.
La edificación es del siglo X.
En estos bosques y dentro del castillo se esconden numerosas historias y leyendas, entre ellas las siguientes:
Leyenda: Una antigua tradición dice que un general francés llamado Maus se perdió por estos bosques después de una batalla. Cuando llego a lo alto de la colina encendió una gran hoguera, que fue vista por su criado y fue a buscarlo. El general mandó construir un castillo, el castillo de Mausoriu. Por San Juan se dice que en el castillo de Montsoriu, mientras suenan las doce campanadas del reloj de Breda, se abre la cámara del tesoro.
Leyenda: En la noche de San Juan, en el mismo instante de sonar las doce de la noche, en la torre más alta del castillo sale una dama medio desnuda con la cabellera extendida, lleva una linterna en una mano y un cuerno grande en la otra. Hace sonar el cuerno, que se oye por los alrededores y pasados unos instantes suena otro tocado por un caballero, que se presenta por el Coll Castellar encima de un caballo negro que escupe fuego por la boca. Se dirige hacia el castillo, donde la Dama monta el caballo antes que suene la última campanada de las doce; hasta dentro de un año que se vuelve a repetir la escena. El ruido de los cuernos siempre ha sido oído por la gente de los pueblos de las Guilleries.
Leyenda: En las noches de luna clara, se proyectaba la sombra de la Reina Guilleuma (Guillema de Montcada) y sus criadas colgaban la ropa, cantaban y tocaban música. Para que los vecinos de la población de Breda estuvieran tranquilos, el obispo de Breda fue a asustarlas y todas saltaron como si volasen del Turó de Montcau al Gorg Negre, una hoya siniestra, de misteriosas aguas y leyendas.
Leyenda: Hacia Poniente hay una piedra muy grande y llana llamada Seia de la Bruixa, por una bruja que huyó del castillo y se sentó en ella antes de seguir su trayecto hacia el Gorg Negre de Gualba, dejando la huella de dos nalgas y cuatro huellas más: una de mujer, una de caballo, una de buey y una de perro. Estas marcas son las cuatro transformaciones que podía hacer la bruja. El Señor de Montsoriu se servía de ellas y a cambio dejaba que permanecieran libremente por su territorio.
Se encuentra en estado de ruina consolidada.
No es de libre acceso.
Declarado Bien Cultural de Interés por la Comunidad Autónoma de Cataluña (BCIN).
Está protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de Alberto González Rovira, Gerard de Tena Aznar, Luis Puey Vílchez, Oriol Miró Serra