Los búnkeres y nidos de ametralladoras se encuentran dispersos, formando parte de las defensas históricas de la Isla de Tarifa, en el municipio de Tarifa, provincia de Cádiz.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se construyeron estos búnkeres y nidos de ametralladoras como parte de un sistema defensivo para prevenir un posible desembarco aliado en la costa del Estrecho. Formaban un complejo de defensa integral que se extendía a lo largo de la costa, complementado con pozos para ametralladoras antiaéreas, puestos de mando, observación y polvorines. Además, en el puerto de Tarifa, se instalaron baterías y bases para lanchas torpederas, configurando un sistema de protección estratégico en una zona de paso vital.
Las estructuras están diseñadas en hormigón armado, con muros gruesos y aberturas para ametralladoras que permitían una cobertura amplia y efectiva. Su distribución y ubicación respondían a la necesidad de vigilancia y defensa del territorio, con ángulos de tiro estratégicos hacia el mar.
En relativo buen estado de conservación, estos búnkeres y nidos de ametralladoras representan el pasado militar de la isla y son testimonio de la importancia estratégica de la región durante el conflicto mundial.
Bien protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).