La Ermita de la Vera Cruz se encuentra en la Calle la Fortaleza nº 48 de la localidad de San Vicente de La Sonsierra, perteneciente al término municipal de San Vicente de la Sonsierra, provincia de La Rioja.
Es una de las escasas construcciones góticas primitivas que existen en La Rioja. Parece ser que fue construida para Don Diego López de Ábalos, Alcaide del castillo y Gobernador de San Vicente en 1385, quien se hizo enterrar en ella.
TRADICIÓN DE LOS PICAOS
En esta localidad existe todavía la tradición de los azotes penitenciales, que se remonta a la Edad Media y es una de las costumbres más peculiares, duras y arcaicas de la Semana Santa española. Hace siglos en España cesaron las prácticas públicas de expiación, pero aquí, a despecho de Carlos III, continuaron marchando en sus calles flagelantes con sayal blanco. No se pueden precisar las causas por las que esta costumbre sobrevivió a pesar de la prohibición.
El Medievo fue tiempo en que los grandes pecados cometidos se pagaban con grandes arrepentimientos.
La Cofradía de la Vera Cruz, cuyos orígenes son confusos, es la encargada de mantener esta tradición en San Vicente. Aunque presentó sus estatutos en el obispado de Calahorra en 1499, según algunas hipótesis quizá nadó en el siglo XII para adorar el trozo de la Santa Cruz que el infante Don Ramiro Sánchez trajo de Jerusalén al volver de la primera Cruzada. En 1985 se renovaron sus estatutos para actualizar sus funciones, y desde 1998 las mujeres también pueden pertenecer a la cofradía, aunque no se puedan disciplinar.
La procesión de los disciplinantes y su flagelación penitencial se celebra cada año el domingo siguiente al día de la Invención y Exaltación de la Santa Cruz, en mayo y septiembre, y también en la tarde del Jueves Santo (templo parroquial y procesión) y en la mañana del Viernes Santo (Via Crucis hacia el Calvario). Los picaos, como se les llama vulgarmente, van descalzos, con capucha que les cubre el rostro, un sayal blanco hasta la rodilla y una capa parda con una cruz blanca a la espalda. Para disciplinarse deben ir con fe y sentido cristiano, y no es necesario que pertenezcan a la cofradía, sino que obtengan el permiso del prior.
Se encuentra dentro del recinto fortificado y junto a la iglesia parroquial. Por sus dimensiones debió ser la capilla del castillo y la primitiva parroquia hasta el siglo XVI, en que se construyó la actual.
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Fecha de última modificación: 12/11/2023
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